Desde que el mundo es mundo, los antepasados del hombre y todos los mamíferos producen sonidos mediante cuerdas vocales ubicadas en el cuello.
La utilización de estas cuerdas para producir sonidos han tenido desde sus comienzos el mismo fin: la modificación del paisaje sonoro circundante con nuevos sonidos ya sea para comunicarse o la imitación de otros sonidos.
El hombre, ante su evolución cerebral fue perdiendo ventajas físicas por lo que fue convirtiéndose cada vez en mas frágil al ambiente. La evolución del cerebro propició enfrentar el medio ambiente desde otro punto de vista. Ha diferencia de otros depredadores que tienen velocidad y fortaleza para perseguir y cazar una presa que les sirva de alimento, el hombre no tiene velocidad y fue perdiendo su fortaleza muscular pero fue adquiriendo capacidades mentales superiores que le permitieron conservar la especie y mejorar sus técnicas de caza. Una de ellas fue la imitación de sonidos de otros animales para engañarlos y atraerlos ya que carecía de la velocidad para alcanzarlos en una carrera a campo traviesa.
También, esa imitación le sirvió para intimidar mediante el engaño a otros depredadores que hacían peligrar su supervivencia.
La utilización de la voz como medio para conseguir alimento y defenderse fue primordial para la evolución, de no haber contado con ese intercambio de destrezas mentales por físicas hubiéramos seguido siendo solo simios y nuestra evolución se hubiera estancado.
El sonido como medio para progresar fue muy importante en los primeros tiempos para nuestro desarrollo evolutivo y su posterior perfeccionamiento dio lugar a formas de vida y agrupaciones de individuos mas complejas con estratos jerárquicos dentro del grupo: las escalas sociales.
Sobre el Autor:
Mi nombre es Gabriel Beguerie, soy Profesor de Música y Profesor de Piano en la ciudad de Mar del Plata, Argentina.
Actualmente trabajo en el Conservatorio Provincial Luis Gianneo y la Escuela Secundaria de Arte Nro 1.
Apasionado de la Historia en general y de la Historia de la Música en particular.
Contacto: gabriel.arturo.beguerie@gmail.com
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